¿Es AMLO culpable de la crisis diplomática con Perú?

El presidente de México enfrenta críticas por su manejo impulsivo y cuestionable de las tensiones con Perú, poniendo en peligro los lazos bilaterales

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El conflicto diplomático entre México y Perú ha intensificado en los últimos meses debido a la disputa política entre el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), y la presidenta de Perú, Dina Boluarte. Esta confrontación ha tenido varias facetas, pero una de las más notorias fue la decisión de México de conceder asilo político a la familia del expresidente peruano Pedro Castillo, lo que ha desencadenado tensiones significativas entre ambos países.

Contexto del conflicto

El origen del conflicto se remonta a la crisis política en Perú tras la destitución de Pedro Castillo en diciembre de 2022. Castillo fue removido de su cargo por el Congreso peruano tras intentar disolver la asamblea legislativa y gobernar por decreto, lo que fue percibido como un intento de golpe de Estado. En medio de esta situación, López Obrador ofreció asilo político a la familia de Castillo, quienes viajaron a México días después del arresto del expresidente.

Esta acción fue interpretada por el gobierno peruano como una intromisión flagrante en sus asuntos internos, lo que provocó una respuesta negativa por parte de las autoridades peruanas. Como resultado, la presidenta Boluarte declaró a López Obrador como persona no grata en Perú, subrayando el descontento con su intervención.

México impone visas a ciudadanos peruanos

Una de las medidas más polémicas tomadas por López Obrador en este contexto fue la imposición de un requisito de visa a los ciudadanos peruanos que deseen ingresar a México. Esta decisión, anunciada en abril de 2024, es vista para muchos analistas peruanos como una represalia hacia el país.

El cambio de política migratoria de México hacia Perú es particularmente llamativo, ya que previamente los ciudadanos peruanos podían viajar a México sin visa por un período de hasta 180 días. La justificación oficial de motivos de seguridad y control migratorio parece poco convincente, dada la cercanía temporal a la escalada de tensiones entre ambos países. Esta decisión ha sido vista para muchos expertos como una demostración de la incapacidad de López Obrador para manejar relaciones diplomáticas de manera efectiva y responsable.

Implicaciones del conflicto

El enfrentamiento entre México y Perú tiene numerosas implicaciones, tanto a nivel regional como internacional. En primer lugar, el conflicto podría afectar significativamente las relaciones comerciales entre ambos países, especialmente en sectores clave como el turismo y el comercio. Los ciudadanos peruanos que deseen viajar a México ahora deben enfrentar trámites adicionales y restricciones, lo que podría disuadir a algunos de visitar el país.

Además, las acciones de López Obrador podrían dañar la cooperación regional en América Latina. Ambos países son miembros de organizaciones como la Alianza del Pacífico, un bloque comercial que incluye a Chile y Colombia, que busca fomentar la integración económica en la región. Las diferencias políticas entre México y Perú podrían obstaculizar la cooperación y el avance de los objetivos de estas organizaciones.

Críticas hacia López Obrador

No es la primera vez que López Obrador concede asilo político a figuras controvertidas. Su gobierno ha otorgado asilo a diversas autoridades de otros países que han sido acusadas de corrupción y abuso de poder. Esto ha generado críticas sobre si AMLO está utilizando la política de asilo como herramienta para desafiar gobiernos con los que tiene diferencias políticas, en lugar de considerar la integridad de los procesos judiciales en esos países.

El manejo de la situación por parte de López Obrador ha sido objeto de críticas tanto a nivel nacional como internacional. Algunos analistas han señalado que AMLO parece estar priorizando su agenda personal por encima de los intereses diplomáticos y comerciales de México.

La percepción generalizada es que López Obrador está tomando represalias en respuesta a la declaración de persona no grata en Perú y al rechazo a su injerencia en asuntos peruanos. Su postura parece estar basada en una visión personal de justicia y apoyo a Castillo, más que en una estrategia diplomática calculada y balanceada.

Perspectivas a futuro

El conflicto diplomático entre México y Perú muestra pocos signos de resolverse en el corto plazo. Ambos países han mantenido posturas firmes en torno a sus respectivas posiciones, lo que dificulta la posibilidad de un diálogo constructivo. Sin embargo, el impacto de las acciones de López Obrador podría tener consecuencias a largo plazo para la relación entre ambos países y la región en su conjunto.


La postura de López Obrador en este conflicto parece ser una respuesta que carece de un enfoque diplomático adecuado. Su incapacidad para manejar la situación con tacto y respeto podría tener repercusiones negativas a largo plazo para México en la arena internacional. Las decisiones precipitadas tomadas por López Obrador pueden socavar la posición de México en la región y han dañado las relaciones bilaterales con Perú de manera significativa.

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