Recientemente, un video ha generado gran controversia al plantear una pregunta provocadora: ¿Qué te resulta más incómodo, la opresión que sufre la mujer en la sociedad o escuchar a una niña pronunciar una palabrota?
Aunque el propósito del video era precisamente desafiar las normas establecidas y generar una reflexión, ha generado reacciones encontradas. Mientras algunos comprenden el mensaje detrás de la provocación, otros se sienten incómodos e incluso han manifestado preocupación por la posible explotación de las niñas protagonistas. No obstante, al observar detenidamente el video, resulta evidente que las niñas no se sorprenden por su propio lenguaje “grosero” y parecen disfrutar de la situación. Es importante recordar que los niños tienen una tendencia natural a desafiar las reglas preestablecidas.
Una de las interrogantes que surgen es si la organización FCKH8 podría transmitir su mensaje y promover sus productos sin recurrir al lenguaje fuerte. Si bien es posible comunicar ideas sin recurrir a palabras consideradas ofensivas, surge la pregunta de si el impacto y la atención del público serían los mismos. Es interesante notar que la empresa, al nombrarse FCKH8, ha dejado claro su manejo desinhibido del lenguaje fuerte (En inglés cobra más sentido).
Resulta llamativo que muchos de los críticos del video no llegaron al final del mismo. Al hacerlo, se encontrarían con un niño de 12 años vestido con un traje de princesa, quien plantea una reflexión relevante sobre cómo el sexismo afecta también a los hombres. Es notable que, a diferencia de las niñas, no se han generado comentarios sugiriendo que este niño podría ser homosexual. Sin embargo, es importante mencionar que el video ha sido retirado de YouTube, aunque se encuentra disponible en Vimeo.
Es fundamental reflexionar sobre el verdadero trasfondo de este debate. Más allá de las palabras consideradas “fuertes”, resulta preocupante la pérdida de inocencia que implica informar a niñas de entre 6 y 13 años sobre la realidad de la violencia sexual. Esta problemática, lejos de ser una preocupación pasajera, es una realidad que muchas mujeres deben enfrentar en sus vidas. Si bien es entendible que se considere inapropiado el uso de ciertas palabras, es primordial cuestionarnos cómo abordamos el tema de la violencia y qué medidas tomamos para prevenirla.
Es evidente que la sociedad tiene la responsabilidad de crear un entorno seguro para todas las personas, especialmente para los niños. Es preocupante que, a temprana edad, las niñas ya sean conscientes de cómo deben vestirse, caminar en grupos y evitar ciertos lugares para protegerse de posibles agresiones. Estas precauciones, aunque necesarias, evidencian la gravedad de la situación y la necesidad de abordar la violencia desde sus raíces.
La estrategia
El uso de spots publicitarios provocativos y controversiales, como el caso de las niñas diciendo palabrotas en un anuncio de la marca FCKH8, es una estrategia audaz que busca llamar la atención de la audiencia y generar un impacto duradero. Aunque este tipo de enfoque puede generar controversia y críticas, también puede ser una oportunidad para que las marcas se destaquen y transmitan mensajes poderosos.
La estrategia detrás de este spot publicitario radica en romper los esquemas establecidos y desafiar las normas sociales. Al utilizar un lenguaje provocativo y tabú como las palabrotas, la marca busca generar un impacto emocional y despertar la conciencia sobre temas importantes, como la desigualdad de género y la violencia contra las mujeres.
Aunque algunas personas pueden considerar este enfoque arriesgado o inapropiado, el objetivo principal de la estrategia es generar conversación y aumentar la visibilidad de la marca. La polémica y la atención mediática resultantes pueden ayudar a que el mensaje llegue a un público más amplio y generar un mayor impacto en la sociedad.
Además, este tipo de estrategia publicitaria puede atraer a un segmento específico de la audiencia que valora la autenticidad, la valentía y la defensa de causas sociales. Al alinearse con valores progresistas y utilizar un enfoque disruptivo, las marcas pueden establecer una conexión más profunda con su público objetivo y fomentar la lealtad de los consumidores comprometidos con esas mismas causas.
Sin embargo, es importante que las marcas evalúen cuidadosamente los riesgos y las posibles repercusiones de utilizar este tipo de estrategias. Deben considerar cómo estas acciones se alinean con su identidad de marca, los valores que representan y el impacto que pueden tener en su reputación.