¿Te imaginas crecer en la pobreza, con una infancia marcada por la disciplina y el rigor? ¿Soñar con escapar de tu realidad y convertirte en una leyenda? La historia de Arnold Schwarzenegger es una montaña rusa de esfuerzo, pasión y éxito. Desde sus inicios en Austria hasta su conquista de Hollywood y la política, este hombre nos enseña que los límites solo existen en nuestra mente.
Un pasado humilde
El actor austro-estadounidense conocido en todo el mundo, Arnold Alois Schwarzenegger, además del exitoso paso por Hollywood, tuvo un histórico recorrido en el mundo del físico culturismo y en la política, pero inició desde una situación muy precaria que lo llevó a emigrar de su país natal a perseguir sus sueños.
Nació en 1947 en Thal, Austria. En una familia humilde, su madre Aurelia, era ama de casa y su padre Gustav, jefe de policía. Tuvo una infancia muy difícil: traían agua a casa en baldes y escaseaban los alimentos.
Era castigado con golpes, cuando desobedecía a sus padres. “Esto no va a durar mucho tiempo, me iré de aquí, quiero hacerme rico, ser alguien”, pensó Arnold.
Desde los 15 años empezó a entrenar con pesas todos los días en el gimnasio para aumentar su masa muscular y recurría al cine para visualizar a culturistas como Reg Park, como inspiración. Se propuso ser el hombre más fuerte del mundo.
El camino hacia el éxito
Ganó su primera competición, Mr. Europa 1965. Viajó a Londres, donde lo entrenó arduamente el juez Charles Bennet y conoció a su referente Reg Park. En 1967 obtuvo su primer título de Mr. Universo a los 20 años, siendo el más joven en lograrlo. Se trasladó a Múnich y se consagró por 3 años consecutivos.
Viajó a Los Ángeles para participar en el Mr. Olympia, para ser el mejor culturista del mundo, por lo que allí entrenó con culturistas de otro nivel. Tras ser derrotado en su debut, ante el cubano Sergio Oliva, cuenta que le dijo “te venceré”.
Volvió a competir en 1970 y ganó su primer título de Mr. Olympia a los 23 años, siendo el más joven de la historia en lograrlo, para después ganarlo 6 años consecutivas. Por séptima vez, en 1980.
De Mr. Olympia a Terminator
Su mejorado físico le dio su primer papel en un film: “Hércules” que no tuvo buena aceptación, pero fue adentrándose en el mundo de la actuación.
Luego, su carrera actoral despegó con el film “Stay Hungry” de 1976, ganando el premio Globo de Oro como “Nueva Estrella del Año”. Se retiró del culturismo comentando que logró lo que se propuso en esta disciplina y se aburría de ser invencible y sentía que debía cambiar de ocupación.
Al inicio, trabajaba como albañil, llevaba su negocio de venta de artículos de fitness, para sostenerse, consiguiendo buenas utilidades; pero invirtió el dinero de los premios en bienes raíces para aumentar sus ingresos y continuar siendo actor.
En los 80s, con la creciente demanda de películas de acción, compitió con Sylvester Stallone, y llevó su carrera y fama mundial a su cúspide, logrando éxitos en taquilla como “Conan El Bárbaro” y la secuela de “The Terminator”, entre otros, con recaudaciones de más de USD 300 y 500 millones respectivamente.
En los 90s incursiona en películas de comedia junto a Danny De Vito, y se dedica a producir y dirigir otras con menos éxito.
Más allá de la pantalla
A inicios de los dos mil, California estaba en una crisis eléctrica y económica por la caída de la bolsa. Arnold creía que debía hacer algo por el Estado que lo acogió en sus inicios en el país.
Se postuló a gobernador de California en 2003. Fue elegido con el 48% de los votos y reelegido en 2006 con el 52%, gobernando hasta 2011. Fue el político extranjero que más lejos llegó en ese país. Lo apodaron “Goberneitor”.
En su gestión, diseñó leyes de cuidado del medio ambiente que tuvo un impacto de crecimiento del PBI de California en un 5%. Trabajó con políticos de ambos partidos y diversas ideologías.
Quería ser ejemplo para el país y para el mundo. Contó con el respaldo del presidente Barack Obama. Decía: “no entiendo la idea de ver al otro como un enemigo, yo me reúno con todos y veo la manera en que podemos trabajar juntos”.
Actualmente posee un patrimonio de más de USD 420 millones. Creó su marca de suplementos alimenticios Arnold Iron Mass y es co-propietario de las cadenas de restaurantes Schatzi y Planet Hollywood.
Arnold se ante puso a la difícil vida que tenía desde muy joven. Dejó su pueblo y trabajó duramente para cumplir sus objetivos. Se reunió con personas que estaban más arriba para lograrlo y aprendió desde cero a entrenar, actuar, gestionar e invertir. Siempre quiso ir más allá de los límites. No importa cuantos éxitos ha tenido, su credo era siempre tener hambre de algo más.
Un legado de inspiración
Arnold Schwarzenegger es un ejemplo de superación, determinación y trabajo duro. Su historia nos enseña que no hay obstáculos que no puedan superarse con esfuerzo y pasión.
Frases para reflexionar
“Muchas veces la gente se fija en el éxito, pero he disfrutado del éxito, también he sufrido”.
“No pienses en cómo te sientes, el mundo no va a cambiar si te sientes bien o mal, solo acciona”.
“Cuando siempre tienes una meta y una visión, no tienes tiempo de pensar en lo mal que te sientes… quienes piensan así, a veces es gente que no hace lo suficiente”.
“Si estás dispuesto a dar todo de ti, debes buscar en donde radica tu talento, en qué eres bueno”.
“A la mierda el sueño, debes tener una visión clara y cuando la visualizas, empiezas a creer que de verdad lo vas a lograr”.
“Lo que enfrentamos puede parecer insuperable… lo que aprendí es que siempre somos más fuertes de lo que pensamos”.
“La mayoría de la gente se preocupa y trabaja, pero no se divierte. Voy a divertirme, se trata de diversión y trabajo”.
“Los que me decían que no podía ser actor, eran los mismos que me decían que no podía ser gobernador. Cuanto más me dicen que no se puede, más me entusiasma hacerlo”.
“Lo que hice fue visualizarme y motivarme, mucha gente me ayudó. No me llamen que soy un hombre que se hizo solo porque no lo soy”.
La historia de Arnold Schwarzenegger es una invitación a perseguir nuestros sueños con pasión y determinación. Nos recuerda que somos más fuertes de lo que pensamos y que los límites solo existen en nuestra mente.