La muerte es un proceso natural que, a lo largo de la historia, ha sido abordado de diversas formas. En la actualidad, existen diferentes opciones de entierro, cada una con sus propias ventajas y desventajas.
La cremación es la opción más popular, pero no es la más ecológica. La acuamación, por su parte, es un método de entierro alternativo que es más sostenible y respetuoso con el medio ambiente. De acuerdo con información recopilada por Ecofuneral, en Estados Unidos se contamina anualmente el suelo con 3 millones de litros de formaldehído utilizado para la conservación de los cuerpos.
Además, se utilizan 1,300 toneladas de cemento para fabricar las lápidas, así como 13,600 toneladas de acero y otros metales para los féretros. Aunque la cremación se ha convertido en la alternativa más popular a la inhumación, tampoco es una solución perfecta desde el punto de vista medioambiental. Sin embargo, ahora existen opciones más respetuosas con el medio ambiente, como los entierros verdes o marinos, los ataúdes biodegradables, el compostaje humano y las urnas ecológicas. Según el Natural Death Center, una cremación consume la misma cantidad de gas y luz que un viaje de 800 km, y también emite más de 100 kilos de carbono.
¿En qué consiste la acuamación?
La acuamación, también conocida como biocremación, resomación, cremación sin llama o cremación con agua, es un método que utiliza la hidrólisis alcalina para eliminar los restos humanos o animales.
Según la explicación de Interesting Engineering, el proceso consiste en colocar el cuerpo sin vida dentro de un contenedor lleno de una combinación de agua e hidróxido de potasio, y luego se somete a temperaturas que oscilan entre los 90 y 150 °C, con el objetivo de evitar la ebullición se mantiene bajo presión.
A medida que se aumenta la presión, la solución alcalina descompone suavemente la sustancia orgánica durante un período de aproximadamente cuatro horas. Durante este proceso, todos los tejidos del cuerpo se convierten en líquido, excepto los huesos, que son deshidratados en un horno. Los huesos se pulverizan y se entregan a los familiares en una urna. El volumen de cenizas resultante es el doble del producido por una cremación tradicional.
Cuando falleces, dejas una huella de carbono reducida
Aunque la acuamación produce un 32% más de restos orgánicos en comparación con la cremación, su impacto ecológico es significativamente menor. Según Bio-Response Solutions, una compañía especializada en este proceso, no se emiten gases de efecto invernadero dañinos y se utiliza un 90% menos de energía que en la cremación.
Según Funerarias Alecchi, los tejidos blandos del cuerpo se convierten en un subproducto estéril de color marrón compuesto por minerales, sales, aminoácidos, jabón y agua.
¿Cuál es el destino del agua que se emplea en el proceso?
El líquido estéril que se extrae se recicla y se devuelve a la tierra a través de sistemas de tratamiento de agua locales. Esta mezcla inofensiva de compuestos orgánicos, como sales o aminoácidos, puede ser liberada en ríos o utilizada como fertilizante.
Una de las ventajas de la acuamación es que utiliza solo una octava parte de la energía necesaria para la cremación. También permite reciclar implantes médicos, evitar la contaminación química y reducir el consumo de combustibles fósiles. Este proceso ha sido modernizado desde los años noventa y se ha utilizado durante dos décadas tanto en humanos como en mascotas.
En comparación con la cremación, la acuamación solo representa el 3% del mercado en otros países, pero se espera que su participación aumente en los próximos años.
A Desmond Mpilo Tutu se le realizó la acuamación
Se llevó a cabo una ceremonia de acuamación para Desmond Mpilo Tutu
Un ejemplo notable es el del clérigo anglicano sudafricano Desmond Mpilo Tutu, quien fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz en 1984 por su destacado papel en la lucha contra el apartheid en Sudáfrica. Trágicamente, falleció el 26 de diciembre de 2021 y había dejado instrucciones para que su funeral se realizara mediante la acuamación.
Además, existen opciones más extravagantes para el entierro, como empresas que transforman las cenizas de los seres queridos en diamantes azules brillantes o que los convierten directamente en abono, en línea con el concepto de que “polvo eres y en polvo te convertirás”, pero de una manera sostenible.